lunes, 25 de mayo de 2009

Hipótesis de una huida

Donde el autor, como su propio nombre indica, imagina que huye

Te despiertas. Primero la tertulia de la radio, diez minutos después los pitidos del móvil como ladrillazos en el cerebro. Te duchas, te lavas los dientes mientras te secas y alborotas el pelo con la toalla. Te pones los pantalones mientras enciendes la cafetera y pones la leche a calentar. 6 u 8 galletas Maria, de dos en dos. Si hay hambre, dos o tres más, de una en una. Todo esto sentado en la butaca negra mientras ves la tele, más tertulia, te aburre, pero siempre apetece quedarse un poco más por si dicen algo interesante, por tardar más en llegar a trabajar, por quedarte toda la mañana untando galletas. Antes de salir un vaso de agua muy fresca o dos. Control de llaves. Móvil. Cartera. Positivo. Escaleras del piso recién fregadas, asfalto seco, hoy ha habido suerte: sol, pero algo de brisa matutina. Primer semáforo. Segundo semáforo. Eslalon entre niños que van al colegio, madres, oficinistas y monjas, siempre monjas, ¿por qué habrá tantas monjas en esta calle? Ganas de cagarte en la puta madre de cada conductor que apura su semáforo y no respeta tu paso de cebra. Ganas de empujar a cada persona que se pone en tu camino e interrumpe tu descenso. A qué tanta prisa. Malo, piensas. Buen ritmo en la segunda plaza, pero breve desfallecimiento. De un tiempo a esta parte, la segunda mitad del trayecto se hace insoportable. Aunque sea cuesta abajo. Ascensor. Esperar al ascensor es todavía peor que esperar al semáforo en rojo. Cuarta planta, saludos, cabezas que se levantan (o no) del teclado. Ordenador encendiéndose. Los Mac se encienden rápido, pero tardan muchísimo en apagarse. Despacho de la jefa. Entras. Que me voy. Así, de sopetón, por la escuadra y con el 'que' delante. No dar tiempo a réplicas. Media vuelta, despedirte de los compañeros sin desviar la mirada del mapamundi de colores de la pared del fondo. Ascensor, ya sin prisa. Planta 3, planta 2, entran dos chicas. Piso 0. Calle, bulevar con bancos y árboles. Te sientas. Qué buena mañana. Llueven coliflores rebozadas.

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