miércoles, 14 de abril de 2010

Volverán las mujeres con paraguas


Donde el autor esquiva mujeres bajo la lluvia


Ahora que ha vuelto a llover vuelven las mujeres con sus paraguas a bloquear las aceras. A veces no hay forma de adelantarlas, a no ser que andes por la carretera o que te roces contra las paredes como un equilibrista rodeado de pinchos que no son pinchos, sino las cápsulas de plástico que rematan las varillas del paraguas. Aunque no haga viento, las mujeres con paraguas oscilan a derecha e izquierda como un barco a la deriva y hay pocas cosas que puedan irritar más a un oficinista que llega tarde a la oficina que intentar adelantar a una de estas oscilantes mujeres con paraguas que tan pronto te aplastan contra la pared como te clavan en los ojos las aristas de su arma o te empujan contra el espejo retrovisor del coche aparcado o contra el tronco de uno de esos árboles que malcrecen en la orilla de algunas aceras o peor aún contra un contenedor de basura. Y si esto ocurre, si tú acabas estrellado, ellas te mirarán con miedo y un gesto de reproche, como si estuvieras loco o hubieras intentado robarles el bolso.


Ahora que ha vuelto a llover vuelven las mujeres con sus paraguas a bloquear las aceras, pero yo ya he aprendido a esquivarlas con un eslalon de cintura que las deja boquiabiertas y admiradas.

2 comentarios:

RAFA PÉREZ dijo...

Volverán las mujeres con paraguas / en tu balcón sus nidos a colgar...

Y a cagarse.

Anónimo dijo...

Regateas como Figo es sus buenos tiempos.