domingo, 30 de agosto de 2009

Esbozo de la puerta del sol



Donde el autor pasea por Madrid

Un lisiado, sin piernas ni brazos, agita con la boca una cazuela con calderilla y yo me fijo en las piernas de una chica altísima de pantalones cortísimos que saca dinero en una cajero próximo, y unos pasos más adelante llego por fin a la nueva estación de la puerta del sol, una especia de ballena de cristal con una cola por donde entra gente.

La Puerta del Sol es una de las plazas más feas de Madrid y una de las más visitadas por los turistas. Pertenece a la saga de malentendidos turísticos, como Alexanderplatz, Plaza de Catalunya o Reforma. En Sol la gente es más fea, los bares más hostiles, los souvenirs más étnicos, y los mendigos están más lisiados y los turistas parecen más frágiles y obscenos que los que caminan por el Paseo del Prado.

Lleva millones de años en obra y siempre hay un camión de la cruz roja para donar sangre. Siempre que estoy triste voy a donar sangre y nunca me dejan porque siempre he estado en algún país que aparece en la lista roja de la cruz roja. Aun así, me regalan un coca cola. Hay un oso y un madroño donde los chicos de provincias quedamos por primera vez con nuestros primeros amigos hechos en Madrid, también ellos de provincias. Hay una pastelería de dos pisos, La Mallorquina, que siempre está llena y que rezuma cierta estética madrileña típica de local rancio, pero entrañable, en donde la modernidad no entrará jamás, así pasen mil años, y está bien que así sea.

De Sol sale, rumbo a Ópera, la calle Arenal, completamente peatonalizada. De Arenal dicen las chicas de Chamberí que es tan provinciana que parece el centro de Santander un domingo por la tarde.

Pero no todo está perdido: a la puerta del Sol le salva el nombre y el Tio Pepe, el sol de Andalucía embotellado que, cuando recibe la suave luz atardecer, se convierte en un icono arquitectónico de asombrosa perfección.

Post data: estrenamos foro de viajes. Pinchen aquí, malditos.

martes, 25 de agosto de 2009

Casa del abuelo

Donde el autor regresa
a un lugar
a donde hacía mucho tiempo,
exactamente 13 años,
que no volvía.


Regresé a la casa del Puerto de Sagunto 13 años después y la casa seguía oliendo igual, es decir a papilla de merienda y a tour de Francia. Solo faltaba la cortinilla de fideos amarillos de la terraza.

Por la noche, antes de acostarse, mi primo me enseñó el libro que está leyendo. A veces por la noche pienso en el origen del universo y me da mal rollo, me explica. A mi también, le consuelo. Espero que encuentre respuestas en ese tomo, aunque hay cosas que no caben en un libro.

Esa noche mi primo cree ver un fantasma junto al armario. Podría ser. Yo también ví un fantasma hace muchos años, pero fue de día, en una montaña, y pude escapar sin problemas porque yo iba en bici y cuesta abajo.

jueves, 20 de agosto de 2009

Cerrado (temporalmente) por escritura

Donde el autor, después de cientoypico entradas escritas en el blog, se echa un rato a descansar y a darle vueltas a una serie de ideas. Es posible que en las próximas semanas (ojalá sean meses) el autor reduzca notablemente la frecuencia de las actualizaciones. Aunque parezca que no, la enzyklopedien lleva tiempo y el autor quiere dedicar gran parte de este tiempo a que algunas de las ideas que se le ocurren cuando por ejemplo se tumba a mirar árboles llegue a puerto. Y no digo a buen puerto. Con llegar y no naufragar en el camino, basta.

lunes, 3 de agosto de 2009

Oda a la bahía de Santander


Ancianas en abrigo de visón patrullando el Paseo de Pereda
(pronúnciese paseopereda, todo junto),
helados de regma con bolas muy grandes,
cuando seas mayor tomarás jaspeado de moca o jaspeado escocés,
mientras tanto fresa y chocolate,

en monerrys los helados son más suaves,
tienen menos grasa
y son más pequeños
,
no esa vulgaridad inconmensurable de regma
que exige lametazos precisos
y urgentes
que conviertan la bola amorfa
en círculo perfecto

aquí está la sede mundial de banco de Santander
(pronúnciese bancosantander),
y a todo el mundo le hace mucha ilusión que la sede siga estando aquí
y no en Madrid
o en Shanghai
o peor aún, en Bilbao
(nos robaron el Gugenheim, los vascos, en principio se iba a construir al otro lado de la bahía)

debajo del arco de la sede mundial del Banco Santander
Eta,
celosa,
quiso aparcar una furgoneta llena de dinamita, y en verano hay helicópeteros patrullando los cielos y la gente se pregunta cómo es posible que desde tan arriba y tan rápido se puedan divisar terroristas tan lejos, y a continuación se enumeran todas las bombas de Eta en Santander
en La albericia
donde jugaba El Teka
en el aeropuerto
en los párkins subterráneos
en más sitios

por lo demás es fácil distinguir la surada del nordeste
hay más cosas que yo distingo
a bote pronto:
chocolate con churros
ballenas varadas
paraguas
katiuskas
rabas
pedreñera
godofredo
regma
los camposdesport del Sardinero

me gusta hablar del tiempo:
de los sesentadiasseguidossinparardellover
decirle a alguien de fuera hastaquetuvinistehacíauntiempoestupendo
mirar hacia arriba y miraquecielotanazulniunasolanube
echar la culpa al hombre del tiempo que pone nubes y rayos y truenos en el mapa de la tele
Me hace sentir más sabio

y no todo es perfecto: la gente también se suicida, pero no se tiran a la carretera,

sino desde lo alto del Faro (como el padre de un compañero de clase que no hablaba literalmente nada, pero que nos acompañaba a la playa y jugaba con nosotros a la cartas, a todo respondía con una sonrisa y no aportaba nada, pero tampoco molestaba)

o a la bahía después de una noche de marcha (como el amigo de un amigo; encontraron su cuerpo los jueces de mar mientras balizaban el campo de ragatas donde se iba a celebrar el campeonato regional de traineras, que ganó Pedreña)

y además a veces hay amigos que contraen enfermedades de nombres terribles como esquizofrenia, de la que me daba miedo todo, hasta pronunciarla en voz alta.

pero la bahía cada día me parece más bonita, y lo digo en voz alta a quien pasea a mi lado,
al fin y al cabo ¿a quién no le gusta meter mano a una chica junto a la bahía, a quien no le gusta cruzar en barco la bahía, sentarse en un banco de madera mirando la bahía?. Y a veces me envalentono y me prometo, de mayor, una casa en el paseopereda con vistas a la bahía, una casa con mansardas y galerías de madera blanca.

una profesora de piano,

escuchar una casette de Pedro y el lobo,

un colegio privado vagamente liberal en una capital de provincia vagamente británica,
luego un colegio público con bajadas de pantalones y profesoras redondas de faldas largas y relojes muy apretados que nos obligaba a cantar villancicos en inglés
pero no el de jingle bells
sino uno muy turbio sobre pecados y redenciones
También nos decía que era muy peligroso realizar espiritismo, un juego del que me daba miedo todo, hasta pronunciarlo en voz alta.
Le gustaba Jesús Hermida y Margaret Tatcher.

Si salías a la pizarra a recitar de memoria la biografía de un escritor la profesora de literatura te ponía un positivo,
si en clase de ética decías (después de haber levantado el dedo) que era de mala educación quitarte los mocos en público, también;
si eras del Barça, el profesor de historia y geografía te dejaba acercarte al encerado a mirar el mapamundi de cerca durante los exámenes de geografía. Luego también nos dejaba a los del Madrid, pero siempre más tarde y a mi me daba rabia, porque me había aprendido todas las capitales de memoria
(pero ¿a quien no le gusta aprenderse las capitales de memoria?:
Siriadamasco,
Libanobeirut,

la de matemáticas parecía un abogada laboralista con cáncer
era esforzada y se remangaba para despejar las equis de las ecuaciones
pero era inútil
con las matemáticas siempre es inútil
nos hacía leer las lecciones de matemáticas en voz alta,
así como la de literatura
nos hacía memorizar cifras.


pero también muchas cosas buenas

tuve una novia bailarina que besaba muy bien
la recogía en la escuela de danza y nos sentábamos con las piernas entrelazadas en el muelle junto a la bahía
un día me paró en el pasillo
durante el recreo
y me dijo que teníamos que hablar
y mi compañero de pupitre, que confundía la venus de milo con el torso de un hoplita griego
pero ¿quién no ha confundido nunca a la venus de milo con el torso de un hoplita griego a las 8:30 de la mañana un lunes?
me miró con compasión

y una chica con un novio muy mazado, que tenía un gimnasio,
y que, imaginaba yo,
podría partirme la cara en cualquier momento.
Era verano y la idea me gustaba
El único problema
es que no podía pasearla por la bahía

Luego me fui de Santander