jueves, 30 de octubre de 2008

Metafísica de la surada



Donde el autor, aprovechando el comienzo de la estación fría y la ausencia de daguerrotipos en las últimas entradas (de ahí la apariencia plomiza del cuaderno de bitácora), recupera, a capricho, una foto en la que se puede ver el Sardinero a través de unas extremidades inferiores, conectadas ambas, en el centro de la imagen, por una finísima línea azul, como un subrayado. Eso es el mar.

Los niños bien de las ciudades costeras de provincia tenemos una relación ficticia con el mar, que conocemos a través de la literatura, los museos oceanográficos y los largos paseos de sábado por la tarde y chocolate con churros.

Los niños bien de ciudades costeras crecen oyendo predicciones de vientos como partes de guerra. Con el viento sur, los ciudadanos se asoman a la bahía, se imaginan que son pescadores y dicen cosas como: está picada la mar, que es letra de bolero o de cronista de traineras. Los niños que contemplan la bahía en los días de viento sur, a través de los ventanales de una cafetería, pintarán luego en la escuela a una anciano de espaldas, detenido en el muelle, junto a un noray, sombrero ligeramente ladeado, la gabardina agitada por el viento y el mar geométricamente rizado con olas en forma de aleta de tiburón.

Mamá tiene jaqueca los días de viento sur.

martes, 28 de octubre de 2008

La importancia de llamarse Rusia

Donde al autor, sin motivo aparente, muestra su preferencia por los trenes como medio de transporte, y no sólo eso, sino que afina tanto que elige incluso una franja horaria determinada, la madrugada, lo cual no es muy original, pero sí completamente comprensible; de igual manera que se entiende esa declaración de amor, tan poco noventayochista, a los campos de Castilla .

De todos los medios, los trenes y, si puedo elegir, de noche.

Soldados con metralleta abriendo a golpes la puerta de la cabina y pidiendo el pasaporte varias veces la misma noche, diferentes fronteras, de Praga a Budapest. He contado muchas veces esta historia, exagerando los gritos de los soldados, los tamaños de las metralletas y la espera del sello en el pasaporte. Y aún así, no conseguí llevarmelas a la cama.

Más despertares. Un grupo de adolescentes entran an las 6 de la mañana en mi vagón. Doblo, por pudor, mi saco de dormir. Me miran como a un vagabundo. Los miro como campesinos de entreguerras.

Una mujer a las dos de la madrugada. Empieza a tejer una bufanda y, por señas, me implora que no fume en el vagón. Salgo al pasillo. La odio profundamente. Prefiero fumar sentado.

Venezolanos sin visado abandonados en la frontera de Chequia con Eslovaquia a las 4 de la madrugada. “¿Pero si yo no quiero visitar su país de mierda, solo quiero llegar a Viena”.

Girona- Madrid: Menos mal que todos duermen y me dejan leer en silencio. Últimas páginas de Justine. A modo de epílogo nostálgico, vuelvo a leer el primer párrafo y la contraportada. Ocurre algunas veces.

Talgo, invierno, nevada, tren detenido. La meseta castellana es la estepa rusa. Aunque en la oscuridad del cine a ninguna niña castellana le diera por buscar al doctor Zhivago en las eras del abuelo.

jueves, 23 de octubre de 2008

Foto de familia

Visito una embajada en compañía de mi jefa.
Entramos a la biblioteca y le entregamos nuestra revista a una secretria silenciosa y fea, que pasa las hojas muy despacio, como si las estuviera contando. Aparece el embajador, bajo y gordo. Hablamos de hoteles y él sonríe, como quien recuerda de pronto, una playa en el norte a las 8 de la tarde: yo tengo hoteles, afirma el embajador, sin darse importancia.

Hablamos de restaurantes y el embajador vuelve a sonreir, como quien, en soledad, se dispone a untar un huevo frito con los bordes churruscados: yo tengo restaurantes, afirma el embajador, relamiéndose los labios.

Hablamos de gente famosa, de celebrities del país que pudieran posar ante nuestras cámaras, y el embajador sonríe como quien encesta por tercera vez consecutiva, desde su silla, sin apenas ángulo, una bola amorfa de papel albar en un lejano cubo de basura: yo tengo una nuera que es actriz y es muy guapa, dice el embajador, que nos enseña una foto de su nuera que, en efecto, es actriz y muy guapa. Y que está casada con su hijo, que es congresista.

Hablamos de compañías aéreas, de clubes privados, de cascos viejos y, entre líneas, de dinero, un tema siempre incómodo y sucio en las conversaciones entre los corresponsales del glamour y los poseedores de países. El embajador nos enseña una foto de sus nietos y su mujer.

Obviamente, sonríe.
Fin.

martes, 21 de octubre de 2008

Desde Cuba, Habanemia



Donde el autor se introduce en una habitación de una chica cubana de 23 años y explica de forma atropellada todo lo que allí vio y le da las gracias por el chivatazo a una chica delgadadísima cuyo nombre empiza por Y griega

Vas pinchando blogs y llegas a Cuba, a la habitación de una chica de 23 años, habitación adolescente de paredes forradas, ni un milímetro de vacío, y veo a una chica con una guitarra y un blog abigarrado, anárquico, confuso, con citas de Lezama Lima, fotos descolocadas, colores chillones, tipografías de máquina de escribir, perfiles, semidesnudos, desnudos y vestidos; mesas, suelos, cielos, pies y piernas, algún sobaco; tardes de mate tumbada en azulejos sepia, ajustes de cuenta en forma de garrapateadas torrenciales; todo cocinado a fuego muy lento con un “megalentísima conexión desde mi laptoc desbaratada y hecha talco”, y servido en formato de “diario-ripio-collage” de “la juventud cubana desafecta”.

Cuando deja la guitarra escribe cosas como esta:
Por supuesto Cuba no carece de un humor sarcástico-mágico-surrealista, y entonces si narras las cosas como son no puedes dejar de llamar la atención, por muy bobas que nos puedan resultar a los que ya habituados las rechazamos con insipidez y amargura. La realidad del cubano sólo hace gracia al extranjero. Si la padeces todo cambia, y el circo se vuelve tragicómico. Aburrimiento y cansancio
.habanemia.blogspot.com

Llegué a ella a través de Generación Y, un blog “dedicado a los nacidos en la Cuba de los años 70s y los 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración (...) a los Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky y otros que arrastran sus “y griegas”.

Lo escribe una chica delgadísima especializada en cuadritos concentrados de sopa.
Se llama Yoani y esto es lo que ve a su alrededor.

jueves, 16 de octubre de 2008

These boots are make for walking














Donde el autor reflexiona perezosamente sobre la utilidad de escribir un blog, pero por miedo a caer en el nihilismo o, peor aún, el de dramatismo autocomplaciente, interrumpe de forma abrupta su disgresión y recomienda caminar, que es bueno para el culo.

¿Para qué escribir un blog? ¿Porque cuesta menos que un libro o un cuento? ¿Por aburrimiento? ¿Hubiera el contable Pessoa escrito el Libro del Desasosiego en formato blog? ¿Cómo era capaz Kakfa, después de un día entero trabajando en plomizas oficinas, llegar a casa y ponerse a escribir? A veces pienso en estas cosas mientras camino por las calles de Viena y no le encuentro respuesta, pero no importa, porque lo importante es caminar. Ya lo decía mi primo Kierkegaard, siempre tan oscuro y sin embargo con ideas tan luminosas, en una carta a la tía Jette: Sobre todo, no pierdas tu deseo de caminar; yo mismo camino diariamente hasta alcanzar un estado de bienestar y al hacerlo me alejo de toda enfermedad. Caminando he tomado contacto con mis mejores ideas, y no conozco ningún pensamiento cuya naturaleza sea tan abrumadora como para que uno no pueda distanciarse de él andando… pero cuando te quedas quieto, más próximo estás a sentirte enfermo… De modo que si caminas sin parar todo te saldrá bien.

Siempre tan exagerado el primo Soren; a mi se me ocurren varios pensamientos abrumadores que se te pegan al cuerpo como un pijama sudado, por mucho que camines. Es, con todo, una cita hermosa. Pero conozco otra mejor. Me la escribió Gemma, la poetisa armenia con quien comparto celda: “Yo escribiría en movimiento (a veces lo hago). Caminar es lo mejor para pensar. Bueno, para pensar y endurecer las nalgas, que es igual o incluso más importante”. Algo así sólo pudo haberlo escrito caminando, pero juro que estaba quieta, tecleando su ordenador como quien derrumba un castillo.

Yo, por mi parte, y ya voy terminando, escribiría en la cama semidormido,pero si enciendo la luz y busco un bolígrafo y un cuaderno, las palabras se me escapan, o mejor dicho,se apagan, o peor aún, se cambian de lugar y entonces es imposible volver a juntarlas tal y como yo me las había imaginado. Y me quedo con el boli en la mano, los pies descalzos, semidesnudo, el flexo absurdamente encendido,haciendo, en mitad del salón, un ridículo muy literario.

Silbemos

lunes, 13 de octubre de 2008

Polvo sideral












Donde el autor compara los viajes suborbitales con cazar vampiros en trineo en Transilvania y decide que le excita más lo segundo, no sin antes preguntarse vagamente por qué no dejan follar en el espacio

Sir Richard Branson tiene barba, una compañía aérea de bajo coste, una cadenda de tienda de discos, varias marcas de bebidas, ferrocarriles, un lobby anti tabaco llamado ‘Parents Against Tobacco’, un récord mundial de viaje en globo desde Marruecos a Hawai, una isla privada en el Caribe que puedes alquilar para tí sólo y tus amigos, y un aeropuerto espacial diseñado por Norman Foster de donde saldrán, tal vez en 2009, tal vez en 2010, tal vez nunca, los primeros viajes suborbitales para turistas (cinco minutos a 110 kilómetros de la tierra para sentir la ingravidez y admirar la curvatura de la tierra; yo tengo google earth y a veces giro el planeta a mi antojo y me siento algo bastante parecido a Dj Dios).

Este tipo de proyectos despiertan todo tipo de fantasías. Para mi, personalmente, es mucho más excitante ser perseguido por vampiros en Transilvania, con las campanas del trineo de fondo, sonando a que te muerdo, que te muerdo. El caso es que Virgin Galactic ha rechazado una oferta de un millón de dólares para grabar una película porno en la ingravidez. “That was money we had to refuse, I’m afraid” , dijo, con lo que ha dado en conocerse como flema británica, el presidente de Virgin Galactic. Lo cual me recuerda a las declaraciones de un portavoz de Singapore Airlines, Stephen Forshaw (un tipo blandito y rosado y con espíritu de empresa) durante la presentación del entonces primer Airbus 380 (entre Singapur y Sidney), que incluye suites privadas: “No sex please. Si las parejas utilizan las camas dobles para realizar actividades inapropiadas, les pediremos educadamente que desitan de su empeño”.

Se me olvidaba: el viaje cuesta 140.000 euros y se puede contratar, en España, a través de la agencia Bru&Bru Exclusive travel Designs. Si prefieres cazar vampiros, deja un mensaje.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Cool Afganistán: Finding beauty amid the bomb craters takes a little work














Donde el autor, utilizando rigurosos métodos de trabajo de mesa (google, e-mail), encuentra un restaurante cool para cenar en Kabul, céntricamente situado entre la embajada china y la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y entre medias se entretiene divagando sobre aspectos artesanales del oficio de periodista.

En los perfiles de países del Ministerio de Asuntos Exteriores hay secciones especialmente morbosas: Por ejemplo, las vacunas obligatorias y las vacunas recomendadas (donde se enumeran, sin pudor, largas listas de poderosas enfermedades). Mi preferida, con todo, es el epígrafe Condiciones de Seguridad, donde un funcionario dividide el país en `zonas de riesgo que deben ser evitadas', 'zonas de riesgo medio' y `zonas sin problemas`.

Pincho Afganistán y leo el siguiente epígrafe en forma de lápida:

Zonas de riesgo (deben ser evitadas):Todas, muy especialmente en el Sur y en el Este del país.


Zonas de riesgo medio
:


Zonas sin problemas:NINGUNA

- Enternece el infantil uso de la mayúscula en NINGUNA.

-`Todas´ no aterroriza tanto porque suena a exageración materna, no bebas,no fumes, no montes en moto. Y se desinfla sola con esa inecesaria matización de 'muy especialmente'. Lo que da verdadero miedo es ese inesperado vacío dejado junto a las zonas de riesgo medio.

Si eres del tipo de turista al que le gusta ver sitios que los otros no pueden ni siquiera imaginar, te recomiendo (sin haber probado sobre el terreno ninguna de las tres agencias especializadas en Afganistán) Afghan Logistic Tours: creada en 1985, es la más veterana, y ha crecido dando servicios a periodistas de todo el mundo, que educadamente han colgado en su web elogiosos agradecimientos (comienzo de disgresión: es difícil recomendar a un guía. Mi taxista en Sudáfrica, Maxwell, hablaba mucho,hablaba demasiado, no paraba de hablar nunca. Pero nos dio buenos consejos y nos contó sus tribulaciones amorosas, a sus sesentaytantos años. Era coqueto, pequeño y delgado, sin dentadura y con chaqueta de cuero). Tienen experiencia, la palabra Logística inspira confianza y son los únicos que me han contestado al e-mail.

El paquete standar incluye Kabul, Bamiyán(donde estaban los Budas gigantes destruidos por los talibanes, los lagos de Band-I-Amir, la ciudad santa de Mazar-I-Sharif, cerca de la frontera de Uzbekistán, y el valle de Panjshir. El director de la agencia, Muqim Jamshady, me dejó algunas perlas en formato proverbio chino: "como todos sabemos la paz atrae el turismo, pero el turismo nunca puede traer la paz". Según sus cuentas, reciben entre 5 y 10 grupos al año (entre 5 y 12 personas por grupo)y unos 100 viajeros individuales. Entre su público no pueden faltar los ocasionales expatriados occidentales que viven en Kabul y que el fin de semana hacen su escapadita al campo como quien se va a la sierra o Valencia. Por supuesto, "les acompaña siempre un agente de seguridad armado".

A través de esta agencia llegué a Kabul Guide , una completísima guía on-line en inglés sobre la capital afgana, con la que ya empezaba a familiarizarme gracias a las fotos que la gente cuelga en Google Earth. ¿Dónde cenar esta noche? En Elbow Room, por ejemplo, situado entre la Embajada china y la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

En un pie de la foto leo: "coktails, club steaks and security clearance at Kabul`s newest,coolest and safest venue". Yo se reconocer un buen pie de de foto, y éste lo es (el pie de foto es un género complejo, una suerte de haiku informativo enfrentado al espacio de la caja, a la falta de información y al maquetador). Aunque he de reconocer que cool no es el tipo de adjetivo que uno esperaría encontrarse en una guía de supervivencia sobre una de las ciudades más destruidas del mundo. Y digo que es bueno porque en este pie está concentrado todo el contenido de los siguientes párrafos del artículo, a saber: lo mejor de este restaurante no son los precios(Vegetarian Caribbean Chilli with baby corn, carrots and mixed beans in coconut, pineapple and tomato sauce, $14, was delicious), ni el servico, no; lo más importante, la razón por la que los expatriados se sientan en esas mullidas sillas verdes del tipo de bar donde-entras-sólo-a-comprar-tabaco-mientras-suena-de-fondo- la-locución-de-un-Betis-Espanyol (empate a cero al descanso), es que ElbowRoom "has been given UN security clearance", que, supongo, es algo así como pasar la ITV antiterrorista.

Nadie dijo que viajar fuera fácil. Como dice un periodista de Time, "finding beauty amid the bomb craters takes a little work", que leído así:
finding beauty
amid the bomb craters
takes a little work

suena, en efecto, a haiku.

domingo, 5 de octubre de 2008

Perderse es la única manera de llegar a los sitios que valen la pena


Donde el autor reflexiona superficialmente sobre la diferencia entre el periodismo y la literatura de viajes, pero acaba elogiando un libro sobre Venecia, lo cual es muy meritorio, siendo Venecia como es, una ciudad con una incorregible tendencia al tópico.



El periodismo de viajes puede ser insufrible, pero por suerte los reportajes son cortos y las fotos, a veces, bonitas. Entretiene en los despegues, en los ascensores y entremedias. Pero un mal libro de viajes es una tragedia. Ambos formatos poseen la misma tradición y modernidad, las mismas ciudades reinventadas y la misma sucesión de fachadas modernistas, tardogóticas y barrocas, donde siempre cabe destacar..., pero los libros tienen muchas más páginas. A cambio, no tienen titulares ni entradillas, allí donde los reportajes, incluso los más interesantes, naufragan en el tópico, en la desidia y en la reducción.

Pocas ciudades tan castigadas como Venecia, tantas veces descrita con esa prosa de carta al director de periódico de provincias, tantas veces plagiada: Ámsterdam es la Venecia de Holanda; Estocolmo, la Venecia del norte,y así sucesivamente, pero no siempre: Madrid obviamente no es la Venecia de la meseta.

Se puede escribir un reportaje de viajes desde la mesa, con google y una guía, igual que se escriben notas de sucesos sin pisar la escena del crimen o se escriben crónicas taurinas sin distinguir una verónica de un reactor nuclear, o se firman críticas de conciertos antes de que comiencen. Pero hay libros, como Venecia es un pez,de Tiziano Scarpa (editorial Minúscula), que sólo pueden ser escritos por quien conoce la ciudad, en este caso su ciudad, como su almohada. Dice el autor que es una guía, pero miente: no tiene mapas, ni precios, ni recomienda un solo restaurante u hotel; tampoco enumera iglesias como postres un camarero. Sí cita, ocasionalmente, a otros autores (y nadie podrá echárselo en cara, en Venecia han vivido y sobre ella han escrito más poetas, filósofos y novelistas que guiris borrachos han meado en las ramblas de Barcelona).

Este “breve paseo físico emotivo” incluye un detallado recuadro sobre las tallas mínimas permitidas para la venta del pescado en los mercados de Venecia (salmonete, sardina, boquerón: 7 cm), ejemplos de cómo follan los jóvenes sin casa propia en una ciudad dónde no hay coches, semblanzas nostálgicas sobre gatos que leen a Heidegger en el antepecho de la casa de su bisabuela, doctores psicópatas que no soportan la belleza asfixiante de la ciudad, juegos infantiles, pesadillas infantiles, bíblicas inundaciones, yanquis y yonquis, ancianas poetisas cachondas (saldré aullando esta noche/ por la calle babeando a tientas/y os comeré a besos/mocetones rapados al cero/que abultáis pantalones generosos), un poco de historia, un poco de arte, un poco de ingeniería. Es lírico, levemente irónico, se puede leer andando y se debería leer en voz alta. Y lo más importante, no lo negaré: son apenas 100 páginas Y tiene frases muy citables, como la que titula este post: Perderse es la única manera de llegar a los sitios que valen la pena. No es tan original, pero es resultona y esto es, no lo olviden, periodismo de viaje.