martes, 10 de marzo de 2009
El oficinista que prefería seguir escribiendo
La ametralladora canta
las balas nos rozan las mejillas
con el sonido de un beso largo
y delicado que vuela
Si no fuera por el bárbaro hedor ondeante
de estas carroñas enemigas
podrían encenderse cigarrillos y pipas
es esta trinchera que se deshace al sol
En el Kobilek, Ardengo Soffici.
Donde el autor esboza un perfil de Alonso Pereda
Alonso Pereda carecía de esa feliz desenvoltura con la que los poetas futuristas se transformaban en soldados fascistas. Carecía del espíritu de sacrificio de los milicianos anarquistas, de la embriaguez alcohólica de los moros, de la desesperanza de los perdedores, del sentido de trascendencia de los corresponsales extranjeros. Carecía de ambiciones, de filias y de fobias. Sobrevivió a la guerra porque otros quisieron que sobreviviera. En cuanto a quitarse la vida, le faltaban ganas, valor y le tenía un miedo atroz a las sangre y al dolor. Cuanto más aterrador el mundo, más lejanos sus cuentos. Sabemos que durante su estancia en Santander comenzó a escribir relatos de ciencia ficción. El mundo, su mundo, era una recreación de historiadores del futuro y la isla de Mouro, a la entrada de la bahía de Santander, una licencia poética, un añadido caprichoso de un tramoyista enamorado de los bestiarios medievales. El tramoyista propuso esconder un dragón o una serpiente gigante dentro de la isla, pero el comité ejecutivo rechazó su idea por infantil, peligrosa y poco científica. Nunca, en ninguno de sus cuentos, a Alonso Pereda se le ocurrió la posibilidad de que todo fuera creación de un oficinista en sus ratos muertos. El oficinista, por su parte, prefería seguir escribiendo.
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1 comentario:
Mmmm entre monstruos (mountro, montro y/o, e, u monstro) y heridas de cutteador valiente, un texto que asoma al compás del grito "no quiero portadas con el cielo de los Simpsons" :@ Esa dificultad, ese riesgo lo toman solo los valientes que pactan con Tom Cruice la juventud eterna y ya no se lo que estoy escribiendo porque tengo mucho sueño y me lloran los ojos de ver telefe internacional y darme cuenta que la tv argentina es una mierda atómica llena de concreto. ya estamos peor que los centroacanos La verdad es que no parecemos hijos de españoles... de donde habremos sacado esa caca desafinada.
bueno esto es todo
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