Donde el autor, abusando de las citas, presenta a Graham Greene como insuperable escritor de relatos de viajes.
1.Viajes con Mapas: Graham Greene le entregó a su biógrafo Norman Sherry un mapamundi con un puntito rojo en cada uno de los lugares en los que había estado (debía ser algo así como el mapa que hay colgado en la parte superior derecha de este blog, que registra asombrosas entradas). Sherry, concienzudo profesor universitario, decidió visitarlos todos. A esto se le llama “trabajo de campo” y lleva mucho tiempo: 30 años, tres volúmenes y 2.251 páginas que no he leído. Y tiene su precio: “en Panamá contrajo gangrena y perdió un tercio del intestino; fue arrestado en Haití, se infectó de diabetes tropical en Liberia y casi pierde un oído cuando le metieron la punta de un revólver por la oreja. Con problemas en la próstata, Sherry temía morir antes de finalizar. Hoy se confiesa "cósmicamente agotado".”(Andrés Gómez Bravo).
Ambrosius piensa a bote pronto en su labio roto en Nueva York, en su cabeza rota y posteriormente grapada en Santander, en su dedo gordo hinchado en Sudáfrica y posteriormente deshinchado en Madrid, y en una larga serie de vulgares diarreas y vómitos desde Madagascar a Marruecos.
2. Viajes con mi tía: “No estoy casado, he vivido siempre con mucha tranquilidad y no tengo ningún pasatiempo que me absorba, salvo mi interés por las dalias. Por esos motivos me sentí gratamente estimulado por el funeral de mi madre”. A esto se le llama descripción de un personaje. Lo que sigue es una novela de aventuras ‘aparentemente ligera’ protagonizada por un oficinista de vida sedentaria y una extravagante anciana kamikaze que no conoce el sentimiento de culpabilidad. Graham Greene sí lo conoció, a fondo, y vivió de ello.
3-Amantes y matemáticas: Escribe Manuel Vicent: “A los 16 años fue sorprendido acariciando la culata del revólver de su hermano mayor, un Smith & Wesson, calibre 32. Graham Greene jugó a la ruleta rusa cuatro veces con aquel arma, cuyo tambor era de seis balas. Durante el rodaje de Nuestro hombre en La Habana se lo contó a Fidel Castro. Y éste le dijo: "Si el tambor era de seis balas y se disparó en la sien en cuatro ocasiones, usted está matemáticamente muerto". Graham Greene contestó: "Yo no creo en las matemáticas”.
En otra ocasión, una de sus amantes le preguntó si era verdad que se acostaba con putas, y él, solícito, le respondió con una lista de sus 47 preferidas.
4.Viajes sin mapas: Graham Greene viajó a Liberia en 1935 por masoquismo, por sentir la aventura extrema del viaje por el viaje, por morbo, por Conrad, por lo que sea que el hombre se embarca en viajes absurdos. De Liberia sólo sabía lo que había leído en el Libro Azul del Gobierno británico:"ratas, fiebre amarilla, asesinatos de poblados, niños descuartizados, elefantiasis, lepra, frambesia, malaria (prácticamente universal en Monrovia), anquilostomiasis, disentería, viruela…”.
5- Epílogo urgente y atropellado:funcionarios británicos desterrados en lejanas colonias de calor asfixiante, mosquiteras, puntuales bitter con ginebra a las seis de la tarde; hombres católicos, hombres casados con severas mujeres que escriben cartas llenas de reproches, planos de aspiradoras, armas secretas,agentes secretos, bombardeos, bombas, dalias, frambesia, ruleta rusa.
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