miércoles, 3 de diciembre de 2008

Debajo del sombrero


Donde el autor, en pleno insomnio, rescata una foto olvidada (todas las fotos son olvidadas) del fondo de un cajón (todas las fotos olvidadas se rescatan del fondo de un cajón) y experimenta las siguientes sensaciones, no necesariamente en este orden: nostalgia, una punzada de erotismo retroactivo (ese cuerpo debajo de ese bombín de entreguerras) y extrañeza. Así es imposible dormir.


Yo soy el hombre debajo del último sombrero. Si miran la foto de arriba, el de más abajo. Parece (parezco) un sombrero olvidado sobre la barra de un bar. Pero les juro que yo estaba debajo. Y ella (una farmacéutica pelirroja) a mi lado. Y a su lado él. Lo que sucedió entre los tres es cuento largo. Lo que no termino de entender es por qué las sombras no se corresponden con las personas.

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