martes, 14 de septiembre de 2010

Queremos tanto a Natalie Portman



Donde el autor regresa después de un largo verano de traineras y azoteas

Acabo de derrumbarme un tópico a paladas. El fin de semana esuve en San Sebastián, alimentando los últimos coletazos del blog de traineras que he estado fabricando este verano. Lo que ocurrió es largo y ya lo conté en otro lugar, pero la imagen que se me queda grabada en la cebeza, más allá de la euforia y los gritos de los vencedores remeros de Urdaiabai o la mirada perdida de Korta después de perder la regata y acusar a los ganadores de doparse, el sublime fogonazo que llevo en el cerebro es un puñado de remeras suavísimas.

La chica de la foto es de Zumaia y sí, como comenta el Gran Danés, se parece a Natalie Portman. Tal vez incluso sea en verdad Natalie Portman, quien en plena crisis profesional ha decidido seguir los pasos de Daniel Day Lewis. En este caso, en vez de trabajar de aprendiz con un zapatero artesanal, como hizo el actor británico nacionalizado irlandés, Natalie ha optado por enrolarse en una trainera vasca, deporte que conoció hace años mientras paseaba por San Sebastián camino a la presentación de su última película en el Kursaal. Está guapa la Natalie. Ese estrobo en la muñeca como réplica étnica a sus años de Dior y Tifanys.

Sí, Natalie, a los miembros de Odio Eterno nos gustas más así. Aunque no ganes.

Besos

p.d: Si pinchas aquí se te derramarán un puñado de remeras.

Os dejo con otra chica coqueta, la patrona de Galicia, justo después de proclamarse campeona de La Concha. Atentos a esas uñas. Parece soplarse los dedos como un pistolero.

4 comentarios:

Gran Danés dijo...

Y pondría la mano hasta el estrobo en el fuego a que esa bella dama vasca, ese pibonazo, lee a Murakami entre palada palada.

Diego E. B. dijo...

Por dios, Gran Danés, esa bella dama vasca de la que usted habla tiene clase más que suficiente para usar los libros de Murakami para su verdadera función, la de sujetar la mesilla de noche esa al que le flojea el equilibrio. Haga el favor de no faltarle al respeto.

Ambrosius de Königsberg dijo...

Ah, Murakami, ese gran impostor para adolescentes....

Sibreve dijo...

Murakami tiene en Tokio Blues (santo tomás, una y no más) una frase gloriosa, que no entiendo como se le pasa al escritor, al corrector, al editor, suponiendo que leyera el libro... La cosa es que el protagonista está haciendo una lista de las cosas que odia, y entre ellas enumera las fundas hechas de lana para los móviles... No está mal, a mi también me parece un poquito cursi, pero claro, en mi caso es más lógico, porque vivo en el 2010, no a finales de los sesenta.
Yo también prefiero pensar que tiene buen gusto, y que entre palada y palada, en lugar de Murakami, lee a Kawabata.