viernes, 26 de diciembre de 2008

Un desierto de aburrimiento



Donde el autor recrea uno de los episodios más asombrosos no ocurridos en este año 2008, pero que de haber sucedido podría, perfectamente, haber seguido los pasos a continuación descritos

-El 19 de diciembre de 2008 un anciano de 83 años encuentra, en la orilla de la playa del Sardinero, en Santander, una serpiente marina de 83 metros de longuitud, cubierta con escamas geométricas de 6 centímetros de grosor. Por una herida de un metro de grosor supura espesa sangre verde como puré de verduras.

- La bestia es trasladada, en medio de un hedor insoportable, al Instituto Oceanográfico del Cantábrico. Ese mismo día, un camión transporta, rumbo al almacén municipal, la estatua del dictador Franco que el Ayuntamiento ha decidido retirar de la Plaza del Ayuntamiento. El cruce de ambos camiones se produce a la altura de la curva de la península de la Magdalena. Un fotógrado de Efe capta la instantánea del general a caballo saludando a la serpiente gigante. De fondo, se percibe con nitidez la línea de las montañas nevadas al otro lado de la bahía. "El mérito de la foto, el volumen de las formas y esa extraña sensación de irrealidad es mérito del viento sur", declararía el fotógrafo días después en una entrevista.

- Científicos del CSIC y la NASA, militares, activistas de WWF, Greenpeace, paleontólogos de la Michigan State University, periodistas paranormales y paraormales a secas, viajan a Santander para intentar descifrar el misterio. Con prepotencia británica y nulo espíritu crítico, la BBC tacha la historia de fraude colosal. Al Jazeera, en cambio, se vuelca en la cobertura. Las tribus del sur del Yemen siguen la cobertura presa de una extraña agitación. Tumbados sobre la alfombra de un patio interior de un kasbah de Hamid, en el desierto marroquí, un grupo de ancianos discuten acalorados sobre la serpiente gigante. Viendo sus babuchas iluminadas por la luz del atardecer que se cuela por el patio, Abdul tiene la certeza de que esa serpiente gigante es el principio de algo importante, seguramente el principio del fin y esta idea le reconforta. Cualquier cosas menos este aburrimiento. Recuerda unos versos de Baudelaire: "un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento". Un desierto de aburrimiento, tiene cojones la metáfora, piensa.

- Tres científicos forenses que analizan los restos de la serpiente marina fallecen víctimas de un extraña reacción alérgica que se manifiesta en forma de inflamación de las orejas y de la uña del dedo meñique del pie izquierdo. Un anestesista ex trotskista del hospital de Valdecilla decide aplicarles la dosis exacta de morfina que acabe con su sufrimiento. Mueren en paz.

- Un criptozoologo aficionado y cronista de traineras del periódico local, El Diario Montañés, rescata de su biblioteca personal el episodio verídico del avistamiento de una serpiente marina descrito por oficiales y tripulantes del HMS Daedalus en 1848, cuando navegaban hacia Santa Helena,en el Atlántico Sur. Se atreve, incluso, a escribir un artículo pesudocientífico plagado de citas en el que asegura que la bestia hallada en Santander es una forma evolucionada del basilosaurios, una extinguida criatura del Eoceno Tardío. Para ello, traduce y plagia, sin disimulo, párrafos enteros del opúsculo de R. Owen, Observations on the Basilosaurus of Dr. Harlan (Zeuglodon cetoides, Owen), editado por la Geological Society of London en 1842. En cualquier caso, el redactor es felicitado personalmente por el director del periódico. Por primera vez,la redactora de sucesos tiene una fantasía sexual con el cronista de traineras. Que se queda en eso, en fantasía.

- A día de hoy la atención mediática sobre el caso se ha derrumbado drásticamente, víctima del caso Madoff, los atentados de ETA y la ola de frío que mantiene todos los puertos de montaña cerrados y a todos los redactores de todas las televisiones emitiendo en directo desde carreteras cubiertas de nieve. El cronista de traineras se ha convertido en un habitual de los programas paranormales, Abdul sueña con escribir un epopeya simbolista sobre los nómadas del desierto y un grupo de skinheads fascistas santanderinos planean una "acción" para Nochevieja en venganza por la retirada de la estatua de Franco. Una acción, piensan, pero no saben exactamente qué.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Oda al chófer



Donde el autor recrea en verso libre y prosa fragmentada un episodio ciertamente insignificante de su viaje a Marruecos:una espera de más de media hora en el coche, acompañado del conductor del todoterreno, la radio en árabe y ciertos recuerdos de conversaciones oídas a lo largo del periplo

Espero en el coche en Ourzazate
(pronunciar Uarsasat)
es de noche junto a una gasololinera Shell y una farmacia con la media luna verde
Me duele el estómago
tengo frío
y de fondo suena la
radio en árabe
(parece una tertulia)
Duermo
y mi chófer mira la escalera blanca e iluminada que hay justo enfrente del coche
y por esa escalera blanca que hay justo enfrente del coche baja una chica marroquí que me aguanta la mirada
aproximadamente tres
o cuatro segundos
(se entiende que cuando esto ocurre yo ya he despertado de mi siesta)
Mi chofer a veces parece un santón indio
a veces un anciano desdentado
a veces un esclavo recien liberado
pero siempre irritado, aburrido, cansado
y con frío
yo también siempre con frío
Por preguntar le pregunto:
¿Qué tipo de música te gusta?
Y me contesta: si
Le trato como un niño
pero también como a un abuelo con alzheimer
o como un lacayo
Lo cierto es que a un taxista en España nunca le preguntaría: ¿eres muy creyente?, ¿tienes frio?, ¿cual es tu comida preferida? ¿te gusta el rey?
(si, le gusta el Rey Mohamed VI)
No le gusta el futbol
Se le mueven los tres dientes de abajo
Fuma cigarros Marquise como quien mira el horizonte
Prefiere el café al té
el sur al norte
la carne picada al estofado de carne
y resopla con cieta frecuencia
Me da un nuevo retortijón en el estómago
En el desierto le rellené el vaso de whiskey
y el me ofreció un cigarro
A veces creo que nos odia o nos tiene envidia o no nos soporta
o todo junto
A veces creo que el cree que nosotros (el fotógrafo, la redactora y yo) hacemos tríos todas las noches
No los hacemos
Pero hablamos mucho de sexo
También de peyote, de setas, de psicólogos, de ex novios y de exnovias, del Real Madrid, de la lasagna de verduras, del pincho de tortilla de patatas a las 12 de la mañana
la verdad es que de Marruecos hablamos poco
Hago un círculo de vaho en el cristal
y la luz de la farola queda justo en el centro
A veces copio frases que oigo en el coche
como esta: "las kasbhas parecen el castillo de Herodes en un Belén navideño"
o esta otra, a propósito del Atlas nevado: "parece un estampado de alfombra de leopardo"
Al fotógrafo le gustan las citas cinematográficas y los videos de you tube
por ejemplo
uno en que se ve a un tiburón blanco comiéndole las piernas a una señora gorda
un león comiendo a un padre en un safari park
una boa que se ha comido a un persona entera
no me extraña que luego tenga pesadillas con ratas grandes como perros
hay otro video, que no sale en youtube
Marilyn Monroe comiéndole la polla a JFK
Stanley Kubrick rodando en un estudio de cine el (falso) alunizaje de Amstrong en la luna
el chófer me ofrece un cigarro marquise
y acepto
Salgo del coche y le digo al chófer:
Je suis un petit malade
que es una frase en francés
y me toco el estómago y pongo cara de dolor
y el chófer se toca su estómago y pone cara de dolor y dice
yo también

lunes, 15 de diciembre de 2008

Lobos del desierto


Donde el autor logra encontrar un ordenador con internet despues de tres dias en el desierto marroqui y no puede evitar escribir una atropellada entrada,aun sin acentos ni otros vicios de la lengua espanyola, como la enye.

Cada dia que pasa el conductor hablar peor espanyol. El fotografo me despierta a gritos por las noches porque cree que una rata ha entrado en la habitacion. Nunca mees en manga corta de noche en el desierto. Te moriras de frio. Degollan al tercer cordero en el patio de una casa en Marrakech y el hijo de mi anfitrion menciona, emocionado, a Tarantino. Comemos higado con sesamo envuelto en tripas. A la brasa. Fumamos Marlboro Liaght. Y Gauoloises rojos. Y azules. Cada dia que pasa el conductor parece mas triste, y eso que le regalamos una botella de ron brugal. Sigue pensando que era vino. Como explicarle. Tengo frio, es su lamento mas repetido. Tambien tiene unos dientes horribles, como todo el mundo. Nos sirven el desayuno en el pico de una duna y yo hago malabares con naranjas. El camarero sube y baja dunas. En la duna de enfrente imito al miliciano herido y mi fotografo imita a Robert Cappa. Lo clavo.Lo clavamos. Con luna llena, a las 4 de la madrugada, el desierto parece una tele encendida en el salon. En Marruecos no hay tuareg, me insiste un guia de Hamid, a 40 kilometros con la frontera de Argelia. Se llaman de otra manera, pero lo he olvidado (pero lo tengo apuntado en mi pequenya libreta de anillas). Aqui estuvo Brad Pitt. Aqui estuvo Sigourney Weaver, repiten en todos los lugares. Casillas le para un penalti a Etoo y yo grito y conmigo gritan los tres unicos chicos madridistas del bar (donde solo sirven te, y se me ha acabado el tabaco). Marca Etoo. Gritan todos los demas.Hijosdeputa. Hoy cene mandarinas y chocolate marca Maruja. Hoy fue imposible encontrar vino, ni cerveza. Pero pude ducharme con agua caliente. Tenemos tabaco. Cada dia que pasa el conductor tiene peor dentadura. Para tranquilizar al fotografo le preguntamos al guia por las ratas del desierto. No entiede la palabra rata. Dibujamos a un micky mouse en la arena. Dibujamos una cola larga. Finalmente comprende y nos dice que no, que lo que hay son lobos, o algo parecido. Soy musulman light, me dice un bereber de chilaba negra mientras me ofrece un cigarro fortuna. Estoy lleno de arena y me gusta pasarme otro dia mas sin ducharme.De repente, el conductor rompe su silencio despues de la cena. "Un periodista tira dos patos a Bush en Irak, he visto en Al Jazzeera". Cada dia que pasa el conductor esta mas loco.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Instrucciones para irte de viaje


Y no te olvides de comprar tabaco

Donde al autor, antes de partir a un viaje que lo alejará de su mesa durante dos largas semanas, elabora una lista aleatoria y un tanto caprichosa, que incluye consejos, instrucciones prácticas y reflexiones gratuitas sobre el oficio de preparar maletas y sobre el censurable hábito de viajar a lugares de los que nunca, por pereza y por fantasía, pareces haberte documentado lo suficiente.

No mires el mapa. Coge todos tus medicamentos. Pantalones largos y pantalones cortos. Muchos calzoncillos, más que días estarás fueras. Un puñado de calcetines, la mitad rotos, la otra mitad desparejados. Como son todos negros, no importa mucho. Dos libros, uno para el avión y otro para el destino. Son reversibles, una vez elegidos puedes darles la vuelta. Puedes incluso no leerlos. Claro, el pasaporte. Compruébalo varias veces, antes de salir de casa, nada más cerrar la puerta de casa, antes de subir al metro o al taxi, antes de facturar, antes de embarcar. Haz lo mismo con el billete de avión. Intenta imaginarte el destino y quédate en blanco. No te documentes, no veas películas rodadas en ese país. Desprecia todo la información que te ofrezcan. Olvida todos los nombres. Lee la crónica del partido del Madrid durante el despegue. Mea antes de subir al avión. No estoy siguiendo un orden lógico. Sólo consejos amontonados. Si pudiera, me llevaría mañana a Bolaño, pero hay que devolver el libro a la biblioteca. La noche anterior fantasea con el destino. Fantasea contigo mismo. Eres un espía, un vendedor de máquinas de coser que fuma tabaco negro, un catedrático de arqueología en busca de civilizaciones perdidas, un geólogo a sueldo de una petrolera. Cualquier cosa antes que periodista de viajes. Piensa en la comida. Fuma un cigarro en la ventana, pon el despertador. Dos despertadores. Sal con mucho tiempo de antelación, siempre has tenido un miedo atroz a perder los aviones. No mires el mapa hasta que te hayas perdido. Buen viaje

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Debajo del sombrero


Donde el autor, en pleno insomnio, rescata una foto olvidada (todas las fotos son olvidadas) del fondo de un cajón (todas las fotos olvidadas se rescatan del fondo de un cajón) y experimenta las siguientes sensaciones, no necesariamente en este orden: nostalgia, una punzada de erotismo retroactivo (ese cuerpo debajo de ese bombín de entreguerras) y extrañeza. Así es imposible dormir.


Yo soy el hombre debajo del último sombrero. Si miran la foto de arriba, el de más abajo. Parece (parezco) un sombrero olvidado sobre la barra de un bar. Pero les juro que yo estaba debajo. Y ella (una farmacéutica pelirroja) a mi lado. Y a su lado él. Lo que sucedió entre los tres es cuento largo. Lo que no termino de entender es por qué las sombras no se corresponden con las personas.